Uno de sus argumentos clave para su compra es devolverle la libertad de información a los usuarios. Según él, el algoritmo y la normativa de Twitter son castrativos y pacatos; e impiden que muchos usuarios puedan expresarse con entera libertad. Con esta visión, una de sus primeras medidas será reinstaurar a personajes a los que Twitter bloqueó la cuenta por incitar a la violencia o al odio como Trump. Pero una cosa es lo que dice Elon en las redes para atizar la controversia y otra lo que realmente quiere o puede hacer. Jugamos con la certeza de que Elon Musk podrá ser un poco megalomaniaco, pero que no es precisamente un estúpido.
Si el cambio de Elon para Twitter estuviera basado en liberar el algoritmo para eliminar cualquier tipo de censura, eso convertiría esta red en algo parecido a Parler. Parler es una red social (a la que el polémico rapero Kanye West ha hecho una oferta de compra) que literalmente permite expresar cualquier tipo de mensaje o salida de tono independientemente de que evidencie odio o violencia. Por estas características, Parler se ha convertido en refugio de trumpistas, supremacistas y otros elementos conflictivos que ya no tienen cabida en Twitter. Otra red de este estilo es Truth Social, creada y financiada por Donald Trump para poder defender a los ciudadanos de la tiranía de los medios controlados por los liberales y las tecnológicas. ¿Relajará Elon las políticas de Twitter para evitar las fugas de sus usuarios más exaltados a este tipo de redes? Me cuesta pensar que facilite este tipo de comportamientos que daría alas a los ya excesivos haters de la plataforma y ahuyentaría a su base de usuarios más neutra y liberal. Favorecer a este tipo de público colocaría a Twitter como tribuna de un nicho muy chillón pero poco relevante a nivel global.