Durante mucho tiempo se ha pensado que la tecnología inteligente podría tener la capacidad de volvernos estúpidos. Por suerte, recientes estudios indican que los temores a una idiocracia estaban infundados o magnificaban algunos aspectos de la aparente ‘estupidificación’ humana. Los smartphones no nos hacen más tontos, lo que supone todo un consuelo.
El problema de la ‘estupidificación’ humana
El miedo a volvernos menos inteligentes como sociedad ha existido desde hace milenios, y no ayuda para nada que cada generación piense que la siguiente esté formada de vagos o estúpidos. En una interesante publicación de 2019, los autores resaltan que el temor a las descendencias holgazanas data del siglo IV a.C. Pero ni los jóvenes son perezosos ni somos cada vez más bobos debido a la tecnología.