¿De dónde vienen las buenas ideas?

Hoy en día todos queremos ser más creativos e innovadores. Personas y organizaciones buscamos de manera incansable nuevas y mejores ideas que destaquen entre las demás para ser los primeros; porque como todos sabemos… Quien golpea primero, golpea dos veces. ¿De dónde vienen las ideas que potencian nuestra carrera y nuestra vida?

Históricamente se ha creído que una idea es algo único y asilado fruto del pensamiento profundo. Steven Johnson en su libro “Where Good Ideas Come From: The Natural History of Innovation”, defiende todo lo contrario y afirma que una idea es en sí misma, una Network. En la misma línea habla en su conferencia en TED

El momento ¡EUREKA! lejos de ser el resultado de un espacio de contemplación individual surge del contacto e intercambio de ideas en ambientes colaborativos (Network).

El patrón habitual a través del cual surgen las grandes ideas suele ser un largo proceso de incubación. No es extraño que una idea madure durante varios años hasta que damos con una que realmente nos parece nueva, inusual y satisfactoria. Esto sucede porque una gran idea muchas veces surge de la colisión entre otras pequeñas ideas que juntas forman algo más grande que ellas mismas.

Actualmente Internet nos desborda y muchos afirmarían que este nuevo sistema en el que siempre estamos conectados a una sobrecarga de información hace que nuestro estilo de vida multitarea nos haga ser personas más distraídas con pensamientos menos profundos.

Pero lo cierto es que la web 3.0.  es el ambiente idóneo donde las ideas pueden colisionar unas con otras para adquirir nuevas formas, ya que lo más seguro sea que nosotros tengamos solo la mitad de una idea y necesitemos entrar en contacto con la mente de otras personas en busca de la otra mitad.

Analizando la evolución de la innovación, el gran generador del cambio a lo largo de la historia ha sido la posibilidad de poder compartir, mezclar y experimentar. Espacios como el foro romano, un Café parisino de la Ilustración o un Salón español en el Modernismo han sido los verdaderos ambientes donde la rebeldía creativa ha podido desarrollarse. La creatividad favorece a las mentes conectadas que prefieren compartir a proteger sus ideas.