¿Es posible compaginar un negocio online digital con la aproximación offline de toda la vida? Vincular ambos universos, cada uno con su mercado objetivo, sus reglas específicas, su mecánica o sus estrategias, resulta en ocasiones una cuadratura del círculo que exige soluciones intermedias.
Un enfoque 100% online o 100% offline rara vez dará resultados óptimos para las empresas. Determinar el grado de recursos a destinar a uno u otro campo, o en qué puntos merece la pena construir sinergias entre ellos, es todo un reto. ¿Existe el equilibrio perfecto a la hora de compaginar lo online y lo offline?
Y el mercado se partió por la mitad
Con la digitalización, las empresas han visto cómo el mercado se ha dividido en dos vertientes entre las que existe un amplio abanico de modelos de negocio intermedios:
- En un extremo se encuentra el clásico mundo offline con negocios en los que se prioriza la presencialidad, el cara a cara, el conocer al cliente de toda la vida, e incluso elementos informales como disponer de un horario oficioso.
- Al otro lado del espectro está el servicio online 100% digital en el que un chatbot o una API (Interfaz de Programación de Aplicaciones, por sus siglas en inglés) te guían en el proceso de compra sin intervención humana. El cliente no interactúa con nadie en un proceso que ofrece una interfaz sin distracciones a través de una pantalla.
Evidentemente, el grueso de los negocios está en un moderado término medio, pero casi siempre escorados hacia un lado u otro. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes tanto para clientes como para empresas. Combinar las actividades online y offline no es nada fácil cuando el mercado objetivo tiende a una u otra orilla.
¿Dónde están mis clientes?
Es una pregunta básica en cualquier plan de negocio. Sin conocer su ubicación resulta imposible establecer una línea de comunicación que finalice en compra. Lo que se conoce como embudo de conversión o funnel.