La cultura digital no va de comprar software, contratar a un CDO y poner una mesa de ping-pong en la oficina. Va de algo bastante más incómodo: cambiar la forma en la que una organización piensa, decide y actúa. Especialmente cuando hablamos de empresas tradicionales, con años —o décadas— de historia, procesos heredados y una frase que suele aparecer demasiado a menudo: “esto siempre se ha hecho así”.
La buena noticia es que crear cultura digital no es un acto de fe ni una moda pasajera. Es un proceso estratégico, medible y profundamente humano. La mala: no hay atajos. En este artículo te contamos cómo construir una cultura digital real en empresas tradicionales, con ejemplos concretos de quién lo está haciendo bien, quién no y por qué la era de la inteligencia artificial ha cambiado definitivamente las reglas del juego.
¿Qué es realmente la cultura digital (y qué no)?
Empecemos desmontando mitos. La cultura digital no es:
- Tener presencia en redes sociales.
- Migrar a la nube sin cambiar la forma de trabajar.
- Digitalizar procesos analógicos sin cuestionarlos.
La cultura digital es la combinación de mentalidad, capacidades y comportamientos que permiten a una empresa adaptarse de forma continua a un entorno tecnológico cambiante. Implica asumir que el cambio no es un proyecto, sino el estado natural de las cosas.
En una empresa con cultura digital:
- Las decisiones se basan en datos, no en jerarquías.
- El error se entiende como aprendizaje.
- La tecnología es un habilitador del negocio, no un departamento aislado.
- Las personas entienden el impacto de la digitalización y la IA en su rol.
Y aquí está la clave: sin personas, no hay transformación digital. Solo PowerPoints.
El gran reto de las empresas tradicionales
Las empresas tradicionales no fracasan por falta de recursos. Fracasan por exceso de inercias.
Estructuras rígidas, silos departamentales, liderazgo basado en control, procesos pensados para un mundo estable… Todo eso funcionó durante años. Pero hoy compite directamente contra modelos más ágiles, data-driven y obsesionados con el cliente.
Un ejemplo claro es el sector financiero. Mientras grandes bancos históricos tardaban años en lanzar productos digitales, fintechs nacidas digitales han ganado cuota de mercado entendiendo mejor al usuario y usando tecnología para iterar rápido.
Sin embargo, algunas empresas tradicionales han entendido el mensaje.
Ejemplos de empresas tradicionales que sí están creando cultura digital
BBVA: datos, plataformas y mentalidad
BBVA es uno de los casos más citados de transformación digital en España, y no por casualidad. Más allá de su apuesta tecnológica, el banco ha trabajado durante años en cambiar su cultura interna: adopción de metodologías ágiles, equipos multidisciplinares, uso intensivo de datos y una clara orientación a producto.
El resultado no es solo una app premiada. Es una organización que toma decisiones basadas en datos, experimenta y entiende la tecnología como parte del core del negocio.
Mercadona: digitalización con foco en el cliente
Mercadona no se define como una empresa tecnológica, pero ha entendido algo fundamental: la tecnología está al servicio del cliente y del trabajador. Su apuesta por el ecommerce, la logística avanzada y el uso de datos para optimizar operaciones es el reflejo de una cultura que prioriza eficiencia, aprendizaje y mejora continua.
No hay fuegos artificiales. Hay estrategia.
LEGO: reinventarse sin perder el alma
LEGO estuvo cerca de desaparecer a principios de los 2000. ¿La clave de su recuperación? Combinar su esencia con una mentalidad digital. Apostaron por la innovación, la co-creación con usuarios, el uso de datos para entender comportamientos y la integración del mundo físico y digital.
LEGO no se digitalizó para parecer moderna. Lo hizo para seguir siendo relevante.
Cuando no transformarse tiene consecuencias reales
No todos los casos tienen final feliz.
Kodak: el miedo a canibalizarse
Kodak inventó la cámara digital. Y aun así, decidió no apostar por ella para proteger su negocio tradicional. El resultado es conocido: otros lo hicieron mejor y más rápido.
El problema no fue tecnológico. Fue cultural.
Blockbuster: ignorar al usuario
Blockbuster tuvo la oportunidad de comprar Netflix. No lo hizo porque subestimó el cambio en los hábitos de consumo y sobreestimó la fortaleza de su modelo físico. La falta de visión digital y de adaptación cultural selló su destino.
Estos ejemplos no van de nostalgia. Van de advertencia.
¿podríamos incluir algo de Nokia si es relevante o se nos va de extensión? Si se nos va lo dejamos así
Cómo crear cultura digital en una empresa tradicional (de verdad)
1. Liderazgo digital desde arriba
La cultura no se delega. Si el comité de dirección no entiende la transformación digital, la organización tampoco lo hará. Los líderes deben formarse, tomar decisiones informadas y predicar con el ejemplo.
2. Upskilling y reskilling continuo
La cultura digital se construye desarrollando talento. Formación en datos, tecnología, inteligencia artificial, producto digital y nuevas formas de trabajo no es un extra: es una inversión estratégica.
3. Romper silos y trabajar por problemas
Los retos del negocio no entienden de organigramas. Equipos multidisciplinares, metodologías ágiles y foco en el cliente permiten avanzar más rápido y mejor.
4. Integrar la IA con sentido común
La inteligencia artificial no sustituye la cultura digital: la acelera. Pero solo funciona si las personas entienden sus capacidades, límites e impacto ético. Implementar IA sin cultura es automatizar el caos.
5. Medir lo que importa
La transformación digital debe tener KPIs claros: adopción, impacto en negocio, eficiencia, experiencia de cliente. Lo que no se mide, no mejora.
Cultura digital y SEO: pensar como el usuario
Crear cultura digital también implica entender cómo los usuarios buscan, consumen y confían en la información. Hablar de transformación digital, innovación empresarial, inteligencia artificial en empresas, liderazgo digital o futuro del trabajo no es una cuestión de keywords, sino de relevancia.
Las marcas que lideran la era digital generan contenido útil, honesto y accionable. No sermonean. Aportan valor.
La transformación digital no va de tecnología, va de actitud
Crear cultura digital en una empresa tradicional no es fácil, pero es inevitable. No se trata de convertirse en una startup, sino de pensar como una organización preparada para el cambio constante.
Las empresas que sobreviven no son las más grandes ni las más antiguas. Son las que aprenden más rápido.
Y en la era de la inteligencia artificial, la cultura digital ya no es una ventaja competitiva. Es el mínimo imprescindible.


