Al igual que sucede con el metaverso, el término Web3 ha ido calando en nuestras vidas desde hace algún tiempo. Escuchamos constantemente hablar de NFTs, DeFi, DAOs o dApps, pero el concepto de la Web3 aún sigue siendo para muchos un tanto difuso.
Hablar de Web3 es hablar de descentralización, es decir, de la posibilidad de no depender de servidores y ser parte de una cadena de distribución sin intermediarios. Si llegas de cero a este asunto es posible que lo que acabamos de decir te siga sonando extraño, así que vamos a arrojar algo de luz para aclarar de qué se trata esto de la Web3 y por qué es importante saberlo.
¿Qué es Web3?
Web3 es el nombre que algunos expertos le han otorgado a la idea de un nuevo Internet (o la próxima fase de Internet) integrado en blockchain. Una forma de entenderlo, pero sin tomarlo al pie de la letra, es pensar en la Web3 como un Internet propiedad de los usuarios. Esta, claro está, llega detrás de la Web1 y la Web2.
La Web1 es el Internet de la década de 1990 y principios de los 2000. El de los blogs y de servicios de chat como IRC; un protocolo abierto y descentralizado.
Después de esto llegó la Web2, caracterizada por el reinado de gigantes de las redes sociales como Facebook o Twitter. En la Web2 la gente empezó a crear y publicar su propio contenido en Internet. Pero, como todos sabemos, esa actividad terminó siendo distribuida y monetizada por las grandes empresas, por lo que el usuario crea contenido gratis que otros monetizan. Pues bien, de ese concepto (más bien contra él) nace la Web3.
Ventajas de la Web3
Algunos expertos aseguran que se reemplazarán esas plataformas por protocolos abiertos y redes descentralizadas administradas por la comunidad. Además, se combinará la infraestructura abierta de la Web1 con esa participación de los usuarios que trajo la Web2.
Algo fundamental en la estructura de la Web3 es la tecnología blockchain. Esta permite crear "bloques" y formar cadenas de datos. De este modo, si la Web1 se basaba en hiperenlaces y la Web 2.0 en las redes sociales, la Web 3.0 asentará sus cimientos con el blockchain.
Se espera también que la Web3 permita a los usuarios tener acceso a miles de data centers en todo el mundo y, sobre todo, elegir quién guarda sus datos y cómo.