Según un estudio del Journal of Empirical Entrepreneurship, 8 de cada 10 startups fracasan en los 3 primeros años de vida o, lo que es lo mismo, en la fase de concepción. En muchas ocasiones no prosperan porque son demasiado arriesgadas y/o experimentales y el mercado aún no está listo, otras porque su potencial de crecimiento no es el esperado o incluso porque no se trata de una innovación escalable. Las razones pueden ser innumerables, aunque la más frecuente es la falta de demanda del producto o del servicio; es decir, la falta de validación del mercado.
¿Te habías parado a pensar en ello?
Que tus amigos o familia piensen que es una buena idea no significa realmente que lo sea. Por eso, en la aceleradora de ISDI, ISDI Accelerator, y gracias a sus proyectos de incubación, aceleración y coordinación con mentores, llevan los últimos 9 años ayudando a que miles de startups encuentren su camino al éxito.
¿Qué es lo que necesita tu proyecto?
Emprender es un largo y tortuoso camino. Y no es una frase poética, es la descripción más gráfica que se nos ocurre para explicar este proceso. Avanzarás, retrocederás, volverás al comienzo, pivotarás, cambiarás de concepto… Pero esa flexibilidad, esa capacidad de adaptación será la que definirá en gran medida el éxito de tu startup.
En función de la fase de desarrollo en la que te encuentres deberás rodearte de uno u otro tipo de expertos.